- Cicatrizante, gracias a su efecto antiséptico y antimicrobiano.
- Antiinflamatorio, cuando tienes tos o un resfriado.
- Antihistamínico, para combatir alergias.
- Efecto prebiótico, que ayuda al equilibrio de la flora intestinal, mejora el sistema autoinmune y ayuda a la producción de células blancas.
- Potencializa la absorción y efecto de los cítricos y jengibre, que contienen características curativas similares.
Miel de abeja y sus beneficios
En muchas culturas las abejas son consideradas un símbolo de trabajo y armonía, que dan como fruto el oro de la vida: la miel.
Los mayas, egipcios, hindús y griegos valoraban la miel de abeja como un gran tesoro y se utilizaba para sanar muchos padecimientos y malestares. Con el tiempo, han salido distintas modas y productos nuevos, como miel de agave o maple, splenda, stevia, azúcar mascabado o de palma de coco, entre otras, dejando en el olvido a este maravilloso manjar. Estos productos son refinados, altos en azúcares, químicos o conservadores, además de no tener propiedades medicinales.
Para poder contar con los beneficios de la miel de abeja, primero debemos de asegurarnos que sea natural y “cruda”, haciendo referencia que no haya pasado por un proceso de pasteurización, calentamiento o tratamiento. Durante estos procesos las enzimas, antioxidantes, vitaminas y minerales que traen consigo los beneficios de consumirla, se pierden.
A pesar de ser en su mayoría azúcar, la miel tiene una baja carga glucémica, lo que significa que su efecto sobre la glucosa en sangre y la insulina no son dañinos, siempre y cuando se utilice en cantidades moderadas.
La miel de abeja te ayudará a mejorar algunos padecimientos y malestares, actuando en el cuerpo como:
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